Presos, pero libres y concentrados en sus propios versos, cinco poetas del centro penitenciario La Reforma declamaron, este martes, en el XIV Festival Internacional de Poesía de Costa Rica, desarrollado en el gimnasio del ámbito C.
Los recuerdos de infancia y desamores se volvieron rima. Nuestro sistema penitenciario tiene sus poetas: Jorge Salas Bonilla, Mario Delgado Solís, Julio Calvo Campos, King Maroto Vega y Arturo Sánchez Garita (tío Pedro).
La lista es más larga quizás, pero ese grupo se reúne en el taller Cosecha al otro lado del sol. Cuadernos con hojas rayadas se mezclan con trazos de prosa. Son cuartetos, tercetos o textos que ni siquiera llevan ritmo, pero son poemas del alma.
Este arte es la esencia pura de mentes esperanzadas, concentradas o dispersas, pero mentes de poetas, que plasman historias como versos. Iniciaron 34 privados de libertad y hoy solo quedan seis, pero los que salieron siguen escribiendo, ellos ahora asisten al taller A este lado del sol, que incorpora a 20 personas en libertad.
“El arte los transformó, es la terapia de la poesía. Es impresionante ver cómo esta gente honorable salió (refiriéndose a los que ya no están), ahora son escritores y vamos a publicarles sus libros. Tuvimos un alumno en Máxima Nueva y, desgraciadamente cuando iba a salir lo mataron en un motín”, recordó el impulsor del taller de poesía, Norberto Salinas.
Otros privados de libertad, aficionados, también enviaron sus poemas. Hubo premiación. En la actividad asistieron los poetas internacionales Roberto Arizmendi (México), Osvaldo Hernández (El Salvador), la puertorriqueña Mayra Colom y la cubana Yamila Medina.