Los jóvenes del Programa Penal Juvenil, del Ministerio de Justicia, se reunieron este martes, durante una vigilia de 4 p. m. a 8 p. m., para manifestar su dolor por la muerte de las niñas durante un incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en Guatemala.
La actividad permitió que, durante la última semana, los muchachos del Centro de Formación Juvenil Zurquí y del Centro Especializado Adulto Joven se enmarcaran en una serie de talleres de sensibilización, expresión y reflexión en torno a lo ocurrido en ese país.
A través de distintas manifestaciones artísticas, los jóvenes construyeron murales, poemas, canciones y mensajes de denuncia ante las lesiones a los derechos fundamentales, tanto de las personas privadas de libertad en general, como de las víctimas del siniestro.
Este martes, al mismo tiempo en que se realizó el Plantón Mundial por las niñas de Guatemala, en el gimnasio del CFJ Zurquí, los jóvenes cantaron con estudiantes de la Universidad de Costa Rica, tuvieron un taller de poesía a cargo de un profesor de sociología, Guillermo Acuña, de la Universidad Nacional; además, bailaron con el grupo Danza Libre Adulto Joven y recibieron la visita de 15 mujeres del CAI Vilma Curling, las cuales conforman parte del coro de este centro.
Igualmente, la población realizó pinturas, pancartas y una manta, en el que pedían un alto a la indiferencia y la violencia, así como mayor respeto, igualdad y justicia sin importar la condición de encierro. Este es uno de los poemas que realizaron las mujeres del CFJ Zurquí.
La actividad tuvo la iniciativa del viceministro de Justicia, Marco Feoli, con el fin de abrir un espacio en el que los jóvenes pudiesen manifestarse como un acto humano y de responsabilidad cívica. El evento contó con la asistencia de la ministra de Justicia y Paz, Cecilia Sánchez, la exministra Ana Isabel Garita, la ministra de la Condición de la Mujer, Alejandra Mora, así como funcionarios del Programa Penal Juvenil y autoridades de Adaptación Social.
En el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en Guatemala, residían cientos de menores víctimas de violencia familiar, abandono o con antecedentes delictivos, a 20 kilómetros de Ciudad de Guatemala. El día 7 de marzo fueron encerradas en sus habitaciones y, por esto, se amotinaron y quemaron colchones lo que derivó en una tragedia que hasta el momento ha dejado 40 niñas muertas.